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Ven a aprender y saca el bailarín que llevas dentro.
“Sentir la melodía y dejarte llevar por el ritmo de la música”.
Pero no se nace sabiendo y no es tan sencillo como “dale al play que yo me dejo llevar”. Hay bases importantes para el baile en pareja, y sin ellas el baile no es lo mismo.
Hace poco hablamos en otro artículo del Blog de algunos trucos para “llevar” y “dejarse llevar”. Este artículo es un poco más técnico.
Vamos a explicar brevemente las 3 energías que creemos indispensables para poder bailar en pareja: el “push”, el “pull” y la respiración.
Es lo que comúnmente se conoce como “empujar”. No en el sentido brusco de la palabra. Un “push” se realiza aplicando una fuerza corporal hacia la pareja para así poder conseguir una reacción posterior.
Ejemplo 1: realizar un “push” para que mi pareja posteriormente haga un paso hacia atrás. Mi “push” ayuda a mi pareja a hacer su paso.
Ejemplo 2: realizar un “push” ambos hacia delante para poder luego impulsarnos hacia atrás (lo que se llama acción de goma o “rock” tan común en los bailes de swing).
Para evitar un “push” bestia, se debe trabajar utilizando no solamente la fuerza del propio brazo sinó más bien el peso del cuerpo. Debemos utilizar el peso del cuerpo de manera progresiva.
Su traducción sería “arrastrar” o “tirar de”. Es el contrario de “push”.
En el “pull” se realiza la acción de “arrastrar la pareja”.
Ejemplo 1: Quiero que mi pareja haga un paso hacia delante, luego le aplico la acción de “pull” haciendo yo un paso atrás y estirando a mi pareja ayudándole a hacer un paso adelante.
Ejemplo 2: Después de realizar la acción de “goma” hacia atrás, vamos a “tirar” el uno del otro para volver a estar cerca.
Al igual que el «push», el «pull» no debe crearse a partir de la fuerza de los brazos sinó mediante el peso del cuerpo y de manera progresiva.
En el baile, todo son acciones de “push” y “pull”. TODO. Estamos constantemente “empujando” y “estirando” para llevar a mi pareja o bien para dejarme llevar. Tanto leaders (el que lleva) como followers (el que se deja llevar) deben realizar ambas acciones.
Pero, ¿qué es aquello que sí que está siempre presente en el baile y hace que todo sea más armonioso y cobre sentido? La respiración.
Sabemos que cuando andamos despacio, nuestra respiración es pausada. Cuando andamos más deprisa, nuestra respiración se acelera. La respiración delata nuestro estado de ánimo, nuestro estrés y nuestra tranquilidad.
La respiración es lo que intensifica o suaviza, lo que acelera o relaja, lo que nos ayuda a llevar y a dejarnos llevar. No estamos usando el término «respiración» como algo puramente físico (acción de introducir y expulsar aire de los pulmones), sino más bien desde un punto de vista más de energía entre ambos.
En cierto modo, es la solución para el confort y el control mientras bailamos.
Es el puente entre el cuerpo y el alma. Los pasos que hacemos deben cuadrar con nuestra respiración.
Al bailar, debes estar atento/a a los “push” y “pull” que tienes con tu pareja sin anticiparte e intentar que tu respiración sea adecuada.
A menudo vemos parejas en las que el leader intenta llevar un ritmo relajado y el follower siente la música diferente y quiere ir mucho más deprisa.
Esperamos haber podido contribuir un poco en tu baile y hacerte aprender poco a poco ciertos detalles técnicos. En un próximo artículo del Blog hablaremos sobre como debemos coger de las manos a nuestra pareja y sobre los distintos «agarres» que podemos utilizar.
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